En un entorno rural de Mallorca surge la necesidad, compartida con el cliente, de utilizar las técnicas tradicionales del lugar. La casa se configura a partir de unos muros paralelos de bolos de piedra y mortero mezclados con la tierra del propio terreno para fundirse en el mismo color. Los muros se cubren con una gran cubierta-sábana de teja que permite en el punto de más altura introducir un altillo para el estudio que presiona el espacio en la entrada.
En planta la pieza principal (estar) funciona como una gran plaza donde el espacio fluye atravesando la casa, desde el patio de acceso hasta el porche.
Mallorca
2005-2010
equipo
Arquitectura Jordi Badia
Arquitecto Colaborador Marcos Catalan, Mariona Guàrdia, Daniel Guerra, Rafael Berengena